¿Merece la pena cambiar de compañía de Internet?

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En la oficina o teletrabajo

Más que preguntar si merece la pena o no cambiar de compañía de Internet, la pregunta clave es cómo hacer estas gestiones sin perecer en el intento. Antes o después, muchos usuarios y en muchos hogares se opta por cambiar de operador de telefonía e Internet.

Las compañías de telecomunicaciones, con el fin de retener a sus clientes y ganar cuota de mercado, ensayan estrategias que tienen que ver con la permanencia, la penalización en caso de baja, las contraofertas, los paquetes convergentes, etc. De este modo, son muchas las variables a considerar en caso de cambiar de compañía de Internet y todas ellas hay que analizarlas con máximo detenimiento.

Cuidado con la permanencia

Uno de los condicionantes a revisar al cambiarse de operadora es la permanencia. Cuando se establece un contrato con una operadora de telecomunicaciones, habitualmente esto implica una serie de meses en los que no es posible darse de baja del servicio, o si lo es, hay que pagar una penalización.

Por norma general, la penalización es proporcional al tiempo de contrato cumplido y al que queda restante, y está exento de IVA. Es importante que a la hora de firmar el contrato, estemos atentos a las posibles causas que puedan llevar un coste en el futuro, como por ejemplo la instalación de fibra por parte de algunas compañías.

La baza de los paquetes convergentes

Un paquete convergente es aquel que incluye varios servicios de telecomunicaciones (telefonía foja y móvil, Internet y, en algunos casos, televisión). Habitualmente, cuando acaba la permanencia, por mucho que se haya contratado un paquete convergente, a la hora de cambiar de operadora solo puedes llevarte una de las líneas a la otra compañía o quedarte con el móvil si has decidido comprarlo y cambiarte de operadora con la que tienes la fibra.

En estos casos, lo más interesante es cambiar todo por otro paquete convergente ya que, al estar agrupado, los operadores introducen descuentos muy significativos. Si optamos por trocear estos servicios y tener cada uno en una compañía, hay que anotar bien los precios de cada servicio.

En la actualidad, y debido a que la competencia entre compañías es tan alta y todas luchan por ganar cuota de mercado, la variedad de servicios que ofrecen es muy elevada: fibra sin fijo, paquetes convergentes, televisión e Internet, adquisición de teléfonos móviles, etc.

Las contraofertas todavía son atractivas

Hace un tiempo, cuando un consumidor planteaba a su operadora de telecomunicaciones que pensaba en cambiarse de compañía una vez terminada la permanencia, la operadora respondía casi de inmediato con mejoras en el contrato y hasta algún que otro regalo.

Pero a día de hoy esto ya no se hace con tanto énfasis, aunque aún es posible rascar algo. Por eso no debe extrañarnos que al solicitar a otro operador que inicie los trámites de portabilidad, especialmente si hablamos de telefonía, tu operador actual te contacte. Es decir que recibirás llamadas de respuesta de tu actual compañía ofreciéndote descuentos, terminales a un precio más asequible o paquetes de datos.

Esta estrategia tiene por objetivo frenar la salida de clientes hacia otras compañías. A su vez, estas mismas operadoras que pelean por retener clientes, lanzan también ofertas y paquetes para ganar cuota de mercado.

En los servicios de telecomunicaciones, las idas y venidas continuas de clientes entre compañías son frecuentes. De ahí que la tónica habitual sea ofrecer planes cambiantes de servicios y paquetes cada vez más atractivos, lo que supone un beneficio final para el consumidor.

En cualquier caso, ante estas posibles contraofertas es importante asegurarse de que son propuestas definitivas. Y para ello el mejor modo es pedir que manden el contrato por email antes de aceptar, para que no exista ningún malentendido. Como en todos los contratos que se firman, hay que vigilar posibles cargos ocultos.

¿Qué es el derecho de desistimiento?

El cambio de operador de telecomunicaciones está bien regulado y legislado. En él no participa el consumidor de manera directa, sino que son las propias compañías las que hacen todas las gestiones.

En los casos en los que la contratación se ha producido por vía telefónica o a través de la web, tenemos el denominado derecho de desistimiento. Esta opción nos permite a los usuarios cancelar el contrato hasta 14 días después de haber hecho la petición sin coste alguno.

No obstante, la interpretación de este derecho es difusa y algunas operadoras introducen cláusulas en los contratos para evitar fugas de sus clientes. De ahí la importancia capital de conocer a fondo los contratos antes de firmarlos.

Cambiar Internet, solo por teléfono

A veces, los usuarios plantean únicamente cambiar de operadora para alguno de los servicios contratados, véase Internet o telefonía. Si es Internet, todos los trámites se deben hacer por teléfono. En este caso es aconsejable que como usuarios pidamos una referencia de las llamadas telefónicas habidas durante la negociación y contratación, que son grabadas, para conocer las gestiones que se han llevado a cabo.

Puede ocurrir que la operadora solicite el envío de una carta certificada o un fax solicitando la baja. Esto no es obligatorio. Por otra parte, incluso aunque existan pagos pendientes, ninguna compañía puede negar el cambio a otra operadora, aunque hay que vigilar esta situación para no entrar en una lista de morosos.

El cambio de operadora de telecomunicaciones es una situación a la que muchos usuarios se han enfrentado en alguna ocasión. Respondiendo a la pregunta inicial, el consejo básico es solo afrontarlo cuando no se obtengan buenos servicios y condiciones con la compañía actual. Si el grado de satisfacción es suficiente, ¿por qué cambiar?

Eva Tamames

Soy una abogado con ejercicio en Madrid con muchos años de experiencia en el derecho de recuperaciones. He trabajado para varios de los más grandes bancos de este país, en su área de recuperaciones. En la actualidad ejerzo la abogacía en el ámbito de la violencia de género. Creo que Consumoteca es un proyecto participativo que tiene que ocupar un gran vacío entre la información de las empresas por un lado, y la de las asociaciones e instituciones de consumo. En medio no hay nada, y mucho menos, nada que sea participativo, terreno que están ocupando Blogs y contenidos poco elaborados de baja factura.

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