No me dejan devolver un mueble que no se ha hecho a medida

Nos escribe Beatriz una usuaria de Oviedo para contarnos su caso a la hora de devolver un mueble.

Encargo de muebles a una mueblería

Ha encargado los muebles para una habitación a una mueblería de su localidad. La tienda de muebles ha enviado a su casa a un asesor pertrechado de metro y papel, quien le ha hecho una recomendación de muebles para cada rincón. Pero al entregar las piezas del conjunto, la mesita que le ha llegado a Beatriz es muy grande y se lo ha indicado a la mueblería.

Ahora, después de haber gastado bastante dinero en el conjunto, la tienda de muebles se niega a recoger la mesita y a devolverle el dinero. Alegan que trabajan bajo pedido, pero ella ha visto que la mesita tiene unas medidas estándar, es decir, que no le la han fabricado nada a medida.

Beatriz nos pregunta si esto es legal.

Comercios adaptados o no adaptados

La normativa de consumo en general nos protege en las ventas a distancia y lo que se recibe no es lo que se esperaba. Hablamos del derecho de desistimiento.

Pero, cuando se compra presencialmente, la ley no obliga a los comercios a aceptar devoluciones (lo que llamamos «descambiar una cosa») salvo que esté estropeado o no sea conforme para su uso (falta de conformidad), y menos cuando los artículos se hayan solicitado a medida o se hayan fabricado ex-profeso para el cliente.

Como ese no parece ser el caso de Beatriz, y aunque el comercio no está obligado a admitir la devolución o el cambio, muchos comercios modernos sí admiten devoluciones. Y ahí está la diferencia entre los comercios adaptados y los no adaptados.

Qué recomendamos

La recomendación aquí es bien sencilla.

Como hemos visto, la Ley no obliga a los comerciantes con establecimiento comercial donde atienden presencialmente al público a aceptar devoluciones de productos una vez comprados salvo que haya un problema de conformidad.

Es decir, que salvo que el comercio lo anunciara previamente, no podremos devolver o “descambiar” el artículo comprado si está en perfectas condiciones de uso.

Si es cierto que la mesilla tiene unas medidas estándares y no se ha fabricado ex-profeso para Beatriz, el comercio debería tener la delicadeza con su clienta de admitirle la devolución, aunque fuera a cambio de un vale de compra con una fecha amplia de caducidad.

De esta manera, no pierde la venta, es decir, se asegura de que Beatriz termine llevándose cualquier otro artículo en exposición por el mismo importe.

Beatriz puede recurrir a la hoja de reclamaciones y solicitar en ella (suele haber una casilla que «ticar») la mediación de los servicios de consumo de su localidad.

Estos deberían tener la habilidad para decirle al comercio que no sea cerril y trate mejor a sus clientes, al menos si los quiere mantener y prosperar.