¿Por qué debes cambiar tu vieja caldera por una de gas natural?

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Para tener calefacción y agua caliente en los hogares, la instalación de una caldera es el sistema más habitual. Estos circuitos cerrados de agua generan calor a partir de la quema de un combustible que puede ser gas propano, butano, biomasa, gasoil o el preferido por cada vez más usuarios, el gas natural.

El por qué el gas natural se ha posicionado como la opción más ventajosa y más demandada para los consumidores se debe a factores tan elementales como el precio, la seguridad y la cada vez mayor distribución de este gas.

El gas natural es una mezcla de gases con un 75% de metano, el resto corresponde al etano, butano, propano, nitrógeno, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno, helio y argón.

Ventajas de utilizar el gas natural en las calderas domésticas

Su enorme potencial calorífico hace que sea de gran utilidad como materia prima en la industria petroquímica y, sobre todo, como combustible industrial y doméstico.

En el uso doméstico encuentra su máxima expresión de utilidad, ya que es programable y regulable con la instalación de un termostato, lo que permite tener una calefacción homogénea y confortable en todas las habitaciones de la casa.

A destacar es su consideración como energía limpia, ya que produce muy poca contaminación. Su producción de CO2 es algo mayor que la mitad de lo que crean los demás combustibles fósiles.

Pero, además, el gas natural es la energía de suministro permanente más barata que existe en el mercado, manteniendo un precio estable, sin altibajos de relevancia. Algo muy de agradecer en un mundo en constante crisis económica. Por otro lado, permite a sus usuarios obtener agua caliente de forma instantánea y sin interrupción.

Sus montajes permiten que el suministro sea continuo, sin posibilidad de sufrir ningún tipo de interrupción, además de ser una energía muy segura gracias a las continuas revisiones a las que está sujeta.

Por último, una de las preocupaciones sin fundamento que tienen la mayoría de usuarios potenciales está relacionada con su instalación en los hogares. En este sentido, es importante señalar que se lleva a cabo de forma rápida, sencilla y sin obras complicadas.

¿Qué es una caldera de gas, funciones y tipos?

Las calderas de gas son aparatos usados para obtener calefacción o agua cliente sanitaria a través de una instalación gasística. Son las más utilizadas en los hogares españoles, pudiendo referirse al gas propano, butano, etano o gas natural.

Sus funciones básicas son las de servir de calefacción mediante el uso de radiadores repartidos por la vivienda, gracias al agua que alcanza temperaturas elevadas en este dispositivo, o bien suministrar agua caliente doméstica para lavarse de manera cómoda y saludable.

Los tipos de calderas de gas que existen en el mercado pueden clasificarse por su diseño y ubicación (de pie o murales, para la colocación en la pared), y uso (calefacción o mixtas para calefacción y aguas sanitarias). Las calderas de gas se enmarcan dentro del concepto de condensación, las más eficientes y habituales.

Calderas de condensación

Efectivamente, estas son las calderas de gas con un diseño más eficiente, pues logran ahorrar hasta un 30 % de la energía que produce en comparación con el resto de calderas convencionales. Además, son capaces de llegar a reducir hasta en un 70% las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) y NOx (óxido de nitrógeno).

Las calderas estándar mantienen un rendimiento de hasta un 90 % en perfectas condiciones. Sin embargo, las de condensación sobrepasan el 100 % si trabajan a baja temperatura, es decir, si se utiliza con suelo radiante, radiadores a baja potencia… Esto se debe a que el sistema funciona con la temperatura del agua de retorno en su circuito cerrado. Esto provoca que la caldera esté continuamente condensando, además, aprovechan de manera óptima la energía de los humos.

Gracias a este comportamiento, el aprovechamiento del calor de condensación supone más del 11 %, consumiendo una cuarta parte menos de los que suelen consumir el resto de tipos de calderas. Una optimización que se ve complementada por la capacidad de regulación de la temperatura y la potencia según las necesidades.

Recomendación para la instalación de una caldera de gas natural

Por último, para que la calderas de gas natural tenga un rendimiento óptimo, sea duradera y completamente segura, es obligatorio que se lleve a cabo por una persona cualificada, de esta forma se garantiza el buen funcionamiento del aparato y un servicio válido.

En este sentido, cabría mencionar a la empresa Oscagas ubicada en Zaragoza y considerada como todo un referente en el gremio. En la dirección web oscagas.es, se localiza toda la información necesaria sobre los servicios que ofrecen, tanto para la instalación de calderas como para su mantenimiento y reparación, e incluso la venta de las calderas más fiables del mercado.

Fernando García

Inversiones, Bolsa y Fondos de Inversión.

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