La era digital sigue revolucionando la realidad que nos rodea, dejando a su paso un amplio abanico de novedades que contribuyen al bienestar del conjunto de la población. Dado el contexto de crisis económica que hay en la actualidad, las conocidas como Fintech se han convertido en recursos clave para la estabilidad de muchas personas. Unas empresas financieras que se nutren de la tecnología para ofrecer todo tipo de servicios a sus clientes. No obstante, si has decidido montar un negocio en este sector, es importante que busques aquellos medios que van a blindar la integridad de tu empresa. Sí: hablamos de los seguros para las fintech.
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Por qué contratar un seguro si tienes una Fintech
Cada vez más personas hacen uso de los recursos financieros que hay en el entorno digital.
Esto ha provocado un sustancial auge en las llamadas Fintech: unas compañías que emplean la tecnología actual para ofrecer diversos servicios financieros.
Ahora bien, a pesar de que haya habido cierta consolidación corporativa en este sector, vivimos tiempos de inestabilidad económica a escala global. Algo que ha hecho que los seguros para fintech sean más importantes que nunca. Más todavía si hablamos de los riesgos legales, las dificultades operativas y, por supuesto, la ciberdelincuencia.
Las grandes instituciones, como la Asociación de Supervisores Bancarios de las Américas o ASBA, han llevado a cabo estudios que analizan en detalle todos los peligros asociados a las Fintech.
En este sentido, encontramos los riesgos operacionales como los fallos de la tecnología y el equipo humano o los fraudes. También se tienen en cuenta los riesgos de crédito o de liquidez, así como los asociados a las fluctuaciones del mercado.
Todo ello sin dejar de lado, tal y como comentábamos previamente, el peligro de sufrir un ciberataque y que la información privada de los clientes, la cual tiene un carácter sensible, se vea expuesta.
Ante tal realidad, es importante encontrar soluciones efectivas. Tanto en caso de que lo peor llegue a ocurrir, como para directamente prevenir todo lo que hemos expuesto hasta el momento.
Como ocurre en otros muchos sectores, las aseguradoras juegan un papel fundamental y es imperativo saber cuáles son las coberturas más apropiadas para estas empresas en cuestión.
De este modo, las Fintech encuentran ese blindaje que necesitan para operar con libertad. Algo que contribuye a su integridad y a la mejoría general de este mercado emergente.
Seguros que debes tener en cuenta
Lo primero que debes saber es que existen diferentes tipos de seguros en base a las necesidades concretas de cada Fintech. No obstante, el que más destaca es el seguro de responsabilidad civil profesional.
Con esta cobertura, la aseguradora garantiza que todas las pérdidas derivadas de sus servicios se ven completamente subsanada. Dichas pérdidas pueden ser a causa de problemas en el software y el uso de los datos, el cumplimiento de las obligaciones o declaraciones engañosas.
Es decir, la Fintech queda protegida en lo económico y en lo legal a partes iguales.
Por otro lado, hay que hablar de la relevancia de otras modalidades como el seguro para administradores y directivos, también conocidos como seguros D&O.
Se trata de un complemento del seguro anterior y que busca proteger a los directivos de la Fintech ante posibles consecuencias civiles de situaciones como las anteriores. Todo ello sin dejar de lado a los seguros para cubrir la ciberdelincuencia.
La protección ante las acciones de los hackers, de la ciber-extorsión, de posibles incidentes virtuales o del mal uso de la Big Data son algunas de las principales ventajas de contratar esta cobertura.
Así pues, queda en tus manos ir tomando las decisiones correctas en cada momento. Es crucial que hagas una apuesta en firme por la seguridad de tu negocio, más todavía si hablamos de una Fintech.
Por consiguiente, nuestro principal consejo es que busques empresas especializadas en este tipo de coberturas y te dejes asesorar por sus expertos.
De este modo, firmarás contratos que encajan a la perfección con tus necesidades en cuestión. Sí: mejor prevenir que curar.
